Aproximadamente 1.330 casos por agresiones entre estudiantes se registran en los centros educativos del país en los últimos 4 años.
Estas cifras alarmantes son contabilizadas por la Contraloría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública (MEP), el cual registra su mayor aumento el año pasado, con 484 casos, donde incluso se contabilizan casos de agresiones por acoso escolar.
Solo en 2023: Se registraron 484 casos de agresiones entre estudiantes (siendo el año más violento).
2022: 330 casos
2021: 200 casos
2020: 190 casos
No obstante, según los datos brindados por Enid Castro, jefa de la Contraloría de Derechos Estudiantiles del MEP, en lo que va de 2024 se registran 126 casos de agresiones físicas entre menores, donde 90 son por acoso escolar en las instituciones educativas.
Estas cifras corresponden al corte de mayo de este año, no obstante, no se descarta que los casos sigan hacia el alza.
De acuerdo con Mónica Barquero, del Colegio de Profesionales en Orientación (CPO), el actuar de los estudiantes en estos casos se debe a una realidad violenta que absorben los jóvenes.
El matonismo, bullying y las agresiones que vemos se da por muchos factores, pero principalmente, influye en la realidad que estamos atravesando. Todo lo que ven, escuchan, forma parte de lo que ellos consumen y llevan en sus mentes.
La figura del orientador es muy importante en medio de esta realidad, porque los chicos cuando entran al colegio y los que están en primaria, pues carecen de muchas habilidades en cuanto a la comunicación asertiva, porque son seres que están en crecimiento, están en el proceso de decir lo que sienten y piensan sin siquiera detenerse a pensar cómo se siente la otra persona, explicó Barquero.
Los casos de acoso escolar muchas veces no llegan a determinarse de esta forma en el MEP, debido a que muchas veces las víctimas no tienen la confianza de comunicar lo que está pasando y esas agresiones terminan en números generales y no quedan registrados como un caso por “bullying”.
Pero ¿Qué es el Bullying y cuántos tipos hay?
“El bullying es una forma de discriminación de un estudiante hacia otro u otros por sus características o su forma de vida: orientación sexual, identidad de género, nacionalidad, situación migratoria, etnia, sexo, condición socioeconómica, condición de salud, discapacidad, creencias religiosas, opiniones, prácticas basadas en estigmas sociales, embarazo, entre otras”, se detalla en el Protocolo de actuación en situaciones de Bullying del MEP.
La cartera clasifica en 5 categorías el acoso que se puede presentar entre los menores, esto, de acuerdo con la razón o medio en el que se lleva a cabo. Los tipos de bullying que señala el MEP son:
Psicológico
Físico
Cibernético
Población LGTB
Patrimonial o material
De los mencionados anteriormente, desde el 2020 el que presenta más incidentes es el psicológico con 190 casos, le sigue el físico con 103, el cibernético con 60, el relacionado con la población LGTB con 7 y el patrimonial con 2, según los datos del MEP para ese año.
Estos casos siguen aumentando, al punto donde las agresiones físicas han ido escalando año con año.
Riesgos por falta de orientadores
Ante la violencia que se vive a diario en los centros educativos del país, los profesionales en Orientación piden al Ministerio de Educación Pública (MEP) cesar el recorte de plazas que ellos ocupan.
De hecho, señalan que la falta de orientadores podría acrecentar aún más las cifras de agresiones físicas entre estudiantes, esto porque no habría profesionales que puedan abordar cómo se debe esta realidad que se vive en los centros educativos en los últimos años.
No es que por estar el orientador no se va a dar una situación de matonismo o bullying, pero si no hay un orientador va a crecer el número, va a acrecentar los casos de estudiantes que son víctimas de esta situación social.
El hecho de contar con un orientador o un departamento de orientación en un centro educativo que se aboque justamente a trabajar en la conciencia, en la empatía, porque nosotros damos lecciones de orientación en los colegios académicos, tenemos una lección programada que nosotros aprovechamos no solo para ver el programa, sino que justamente con los ejes transversales, nosotros logramos con ellos hacer un poco más de empatía, hacerle sentir, ponernos en el lugar del otro para poder entender qué es lo que yo no debo de hacer, explicó la orientadora.
Asimismo, expuso que, ante la falta de un profesional en esta área, los estudiantes quedan a la deriva, esto porque no cuentan con una persona de confianza con quien puedan hablar de las cosas y así recibir una orientación.
¿Qué pasa si no hay un orientador? Yo sé que los protocolos de actuación del MEP los tenemos que activar todos los docentes porque estamos dentro del sistema educativo costarricense, pero vamos a ser honestos, no todos los docentes activan los protocolos porque ellos son docentes de aula, activar el protocolo muchas veces se torna sencillo para nosotros los orientadores porque estamos ya en esa línea de acción, pero no todos los docentes los van a activar.
Cuántas situaciones uno simplemente no se da cuenta que están pasando cosas en un centro educativo. El hecho de que no hay orientador no se dan cuenta que están pasando los chicos porque no tienen a esa persona de confianza, agregó.
El Colegio de Profesionales en Orientación recientemente emitió un oficio al MEP donde se oponían al recorte de estas plazas ante la noticia que recibieron varios de ellos.
De acuerdo con el CPO, estas acciones se vienen ejecutando desde el 2023 y destacan que el MEP debería dejar esos puestos para acompañar y prevenir más situaciones violentas.
Por este tema se consultó al MEP sobre la importancia de un departamento de orientación en centros educativos para la formación educativa de los menores, no obstante, al cierre de esta nota no se ha obtenido una respuesta.
Source
Rachell Matamoros